La historia de la Sagrada Familia está inextricablemente ligada a su arquitecto principal, Antoni Gaudí, y a su sueño de crear un monumento que simbolizara la fe cristiana a través de la arquitectura. La construcción de la basílica comenzó en 1882 bajo la dirección del arquitecto Francisco de Paula del Villar, que inicialmente diseñó una iglesia de estilo neogótico. Sin embargo, del Villar abandonó el proyecto poco después y, en 1883, Gaudí tomó el relevo como arquitecto jefe, transformando radicalmente el diseño.

Gaudí dedicó más de 40 años de su vida a la construcción de la Sagrada Familia, de los cuales los últimos 15 se centraron por completo en este proyecto. Su visión era ambiciosa y original: pretendía crear una basílica que no sólo fuera un lugar de culto, sino también una experiencia espiritual y artística sin igual. Gaudí concibió la Sagrada Familia como un homenaje a Dios y a la naturaleza, con una arquitectura que reflejara la belleza del mundo natural. Los elementos orgánicos presentes en el diseño, como los pilares que se asemejan a árboles y las formas ondulantes de las fachadas, muestran cómo la naturaleza influyó en las ideas de Gaudí.

En vida de Gaudí, sólo se terminó una parte de la Sagrada Familia. Gran parte de su energía la dedicó a la construcción de la fachada del Nacimiento, una de las tres fachadas principales, que representa el nacimiento de Cristo. Sin embargo, en 1926, Gaudí murió trágicamente en un accidente, dejando la basílica inacabada. Tras su muerte, la construcción continuó bajo la dirección de otros arquitectos que intentaron mantenerse fieles a su visión, a pesar de que muchos de sus dibujos originales fueron destruidos durante la Guerra Civil española.

A pesar de los numerosos desafíos, la construcción de la Sagrada Familia ha persistido a lo largo de las décadas, financiada principalmente con donativos de visitantes y fieles. La basílica ha seguido evolucionando y modernizándose, con tecnologías avanzadas que han acelerado el progreso de las obras. En 2010, el Papa Benedicto XVI consagró la basílica, permitiendo su uso con fines litúrgicos a pesar de su estado inacabado.